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sábado, 30 de junio de 2012

Ebriedad Cultural

La resaca: uno de los recuerdos menos agradables de la ebriedad.

  No, no me he inventado el término aunque pueda parecerlo: el alcohol es un tema abordado por la antropología, en especial las variaciones que una misma sustancia, ocasiona en distintas latitudes del mundo, de forma muy diversa.

   Para explicarme un poco más: la mayoría de culturas del mundo conocido (a excepción de los grupos nativos de norteamérica), han logrado desarrollar o aplicar los procesos de fermentación para generar bebidas alcohólicas,  empleándolas con motivos religiosos, conmemorativos, festivos, etc.

  El asunto central, es que las bebidas que contienen etanol producen en sí, un efecto de "mareo" desde una perspectiva meramente biológica, pero, en ninguna forma, las conductas asociadas a los efectos de estar embriagado: agresividad, tristeza, burla, afectividad tipo 1, afectividad tipo 3... las cuales en realidad, son producto de lo que se ha establecido socialmente como conductas durante la ebriedad: en Japón por ejemplo, la conducta que debe tener un hombre en general al momento de estar borracho, es aflorar un poco los sentimientos que suele tener reprimidos normalmente. En países latinoamericános, es considerado usual que los hombres se vuelvan violentos al emborracharse. Es generalizado en muchos lugares, que las mujeres no se muestren reprimidas en el abordaje sexual...

  De tal forma, es aceptable considerar que por un lado debemos tener en cuenta lo que es considerado normal por el sentido común de una cultura al momento de embriagarnos, o compartir con personas étnicamente distintas a nosotros y, por otro lado, que en muchas ocasiones se asocia a la bebida con los problemas que existen producto de ella, cuando en realidad no están directamente relacionadas. 

  Si existiese una campaña que buscara reorientar no solo los objetivos del beber, sino también el cómo se reaccionará a hacerlo, podría canalizarse a formas más armoniosas de compartir un momento de consciencia alterada. 

   Y no solo con el alcohol, también considero que existe la posibilidad de que muchas sustancias diversas, respondan probablemente al mismo esquema de conductas predeterminadas culturalmente. El alcance de este tipo de planteamiento, puede tener interesantes repercursiones si es desarrollado a mayor profundidad. Pero, eso será en otra ocasión...


jueves, 28 de junio de 2012

Juernes de Caricaturas: Arqueología



  Arqueología: Un basurero para unos... 



  ...un tesoro para otros.  

Arte: Shynnel Cruces
Guión: Miguel Reveco

martes, 26 de junio de 2012

El psiquiatra me dijo...




    Con cada vez más frecuencia, veo como ha incrementado el acudir a un experto en las áreas de psicología y psiquiatría, para buscar apoyo emocional. Y conste, no estoy en desacuerdo con ello, me parece magnífico que colegas afines dentro de las ciencias sociales reciban ingresos y ofrezcan apoyo a las personas que consideren que lo necesiten: el mito de "Solo los locos van a ese tipo de cosas" ha sido superado afortunadamente en gran medida.

    El problema, es que he notado en variadas circunstancias, como el número de mujeres que acuden a expertos aumentó de forma exponencial, más aún por motivos sorprendentes: despechos y conflictos del corazón, o en resumen; relaciones de pareja. La frase "Mi psicólogo/quiatra me dijo 'tal' o me recetó 'cual' para superar mi depresión", ha sido monótonamente repetida en mi entorno desde hace ya varios meses.

    No cometeré el exabrupto de decir que es innecesario, dado que cada caso es particular, y hay que comprender diferentes tipos de circunstancias [aunque debo indicar que la proporción hombres/mujeres que se consultan con un profesional de la psicología, es bastante diferente], tengo la impresión de que ha surgido una suerte de tendencia, por la cual el expresar que estás tratándote por motivo de tu ruptura, sirve para reafirmar socialmente cuan grave es y autoindicar [nuevo término] cuanto se sufre. El problema de dicha actitud, es que genera un círculo vicioso [y costoso] en donde en muchas ocasiones no se logra salir de la depresión por la ruptura, sino más bien mantenerla ahí presente. 

   Como acotación, debo indicar que no solamente las rupturas suelen ser un caso de consulta psicológica/psiquiátrica, sino por ejemplo insatisfacción con la vida [éste aspecto tiene bajo cierta óptica ciertos elementos de herencia "burguesa" (odio el término)], donde al tener satisfechos los elementos básicos de supervivencia, se suele caer en el aburrimiento.

   El hecho es, que exhorto a considerar si en realidad el hecho de participar en terapia tiene como objetivo expresarse ante un desconocido sin miedo a ser juzgado, o en realidad es necesario, al ser aspectos con los que no se pueden lidiar sin ayuda profesional. 

   Llámenme vieja escuela, pero pienso que muchas de las generaciones pasadas han logrado sobrevivir satisfactoriamente sin gastar una fortuna en terapeutas... si ellos pudieron, nada indica que los grupos venideros no lo puedan conseguir también.

   

   

domingo, 24 de junio de 2012

Antroporates



   Desconozco el motivo, pero usualmente cuando realizo una actividad durante mucho tiempo, suelo empezar a sentir desagrado por las personas que la realizan al mismo tiempo, fundamentalmente al considerar que en muchos casos, no le dan un abordaje suficientemente profundo al asunto o no lo desarrollan a su máximo potencial. 

  El hecho es que, la antropología es desde hace varios años mi pasión, el camino que volvería a elegir si estuviese nuevamente en el momento de seleccionar una carrera. La cuestión es que, he observado [supongo que no soy el único]como una disciplina que que ofrece muchísimas posibilidades, suele ser reducida a una suerte de relativización extrema, que justifica absurdos o tergiversa cualquier cosa para darle una connotación peyorativa a cualquier producto de Occidente [cuna de la antropología] o exotizar/enaltecer a las minorías simplemente por ser, minorías. No se me malinterprete, no pienso que algo por ser occidental es bueno y al ser extraoccidental o minoritario es negativo ni viceversa, sino simplemente asumo que la misma visión que se debe tener de "objetividad" para analizar a uno, se debe tener para ver al otro de dicha forma por lo que es, no solo por lo que un proyecto político e ideológico en el que militamos nos dice.

  De tal modo, veo con frustración como en varias ocasiones existen dobles discursos entre colegas que manifiestan algo por un lado, pero en la intimidad piensan de otra forma o incluso, tienen prácticas no coherentes con lo que profesan. Es de tal forma que a veces considero que el postmodernismo, que empleamos en muchas cosas para relativizar y criticar indecible cantidad de elementos, aún no es correctamente aplicado para nuestro propio trabajo.

 Como dicen, Haters gonna hate. Quizás es simplemente mi forma de ser...





Antroporate